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¿Qué es balance de apertura?

El Balance de apertura es una herramienta contable que da inicio al registro de las transacciones económicas de un nuevo período contable en una organización.

¿Qué significa el balance de apertura?

El Balance de Apertura es, esencialmente, un estado financiero que refleja la situación del patrimonio de una empresa en el primer día de un ejercicio contable. Es el punto de partida de todos los registros contables que se realizarán durante el año, ya que muestra las cuentas de activo, pasivo y patrimonio neto que han sido traspasadas del ejercicio anterior.

Este documento es crucial porque nos aseguramos de que todos los saldos que teníamos al cierre del año previo son los que efectivamente disponemos para empezar el nuevo período.

Es, por tanto, una fotografía de nuestra situación económica al inicio de un ciclo y nos sirve como base para todas las operaciones futuras.

Componentes del balance de apertura

Para elaborar el balance de apertura adecuadamente, debemos incluir los siguientes componentes:

  • Activos: Representan todos los bienes y derechos que posee la empresa. Son fuentes de beneficios económicos futuros y se clasifican en activos corrientes y no corrientes.
  • Pasivos: Son las obligaciones financieras y deudas que la empresa tiene que saldar. Se dividen en pasivos corrientes y no corrientes, dependiendo del plazo de vencimiento.
  • Patrimonio neto: Es la diferencia entre los activos y pasivos, y refleja los recursos propios de la empresa. Incluye el capital social, reservas y resultados acumulados, entre otros.

Cada uno de estos componentes debe estar valorado y reconocido acorde a los principios de contabilidad generalmente aceptados o la normativa contable vigente que aplique en el lugar de jurisdicción de la empresa.

Elaboración del balance de apertura

Para elaborar un balance de apertura seguimos una serie de pasos metodológicos:

  1. Recogemos todos los saldos finales del balance de situación del ejercicio anterior.
  2. Verificamos y conciliamos dichos saldos con la documentación justificativa, como facturas, contratos o extractos bancarios.
  3. Realizamos los ajustes necesarios por diferencias, errores o actualizaciones de criterios contables.
  4. Registramos los saldos actualizados en el software contable o libros de contabilidad como saldos iniciales del nuevo ejercicio.
  5. Emitimos el balance de apertura, asegurándonos de que las sumas del activo y el pasivo más el patrimonio neto coinciden, manteniendo el equilibrio contable.

Esta sistematización asegura que el proceso de apertura del ejercicio contable se realice de forma transparente y trazable.

Ejemplos prácticos del balance de apertura

Ejemplo 1: Imaginemos una empresa que al cierre del ejercicio tiene un activo total de 150.000€, un pasivo total de 100.000€ y un patrimonio neto de 50.000€. Al iniciar el nuevo periodo contable, estos serán los saldos que figurarán en su Balance de Apertura. A partir de aquí, cualquier nueva transacción se registrará sumando o restando a estos importes iniciales.

Ejemplo 2: Si una empresa descubre que, debido a un error, los saldos de cierre del ejercicio anterior estaban mal registrados, y tras una revisión, el activo debería haber sido de 140.000€ y no de 150.000€, se hará el ajuste correspondiente en el Balance de Apertura. De esta manera, empezará el nuevo ejercicio con la cifra corregida.

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