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¿Qué es capitalismo de estado?

El capitalismo de estado es una configuración económica donde el gobierno posee una influencia dominante en la economía, bien a través de la propiedad de empresas y recursos, o mediante políticas y regulaciones significativas.

Surge como un modelo donde la frontera entre el sector público y privado es más difusa, pero a su vez requiere de una comprensión cabal para su correcta contextualización en el espectro económico actual.

Características principales

Identificamos diversas características que definen al capitalismo de estado. En primer lugar, el gobierno actúa no solo como un ente regulador, sino también como agente económico activo.

Esto se traduce en una presencia relevante en sectores estratégicos como energía, telecomunicaciones o transporte. Observamos también que las empresas estatales compiten, a menudo, en el mercado nacional e internacional, y la participación del estado puede materializarse en propiedad total o parcial de estas entidades.

Por otro lado, el capitalismo de estado destaca por su tendencia a la planificación centralizada y a la inversión en sectores clave para promover el desarrollo económico. Asimismo, este modelo puede promover políticas que busquen equilibrar las discrepancias sociales y estructurales, con un enfoque en la estabilidad a largo plazo más que en la maximización inmediata de beneficios.

Objetivos y funcionamiento

Apuntamos a que los objetivos del capitalismo de estado suelen centrarse en el fortalecimiento de la economía nacional y en la seguridad económica. El gobierno establece políticas que dirigirán recursos hacia sectores estratégicos para asegurar que el país pueda ser autosuficiente y competitivo a nivel internacional. Además, el control o influencia sobre empresas permite al gobierno fomentar objetivos económicos, sociales y políticos específicos.

El funcionamiento del capitalismo de estado conlleva un sistema mixto de economía, es decir, una combinación de libre mercado con intervención estatal donde se busca balancear los beneficios del capitalismo, como la eficiencia y la innovación, con la capacidad del estado para orientar el desarrollo económico y proteger el bienestar social.

Implicaciones para la fiscalidad y contabilidad

Profundizamos en el impacto que el capitalismo de estado posee en la fiscalidad y contabilidad. Las empresas estatales a menudo gozan de ciertas ventajas fiscales o condiciones especiales facilitadas por el gobierno. Esto significa que los profesionales del ámbito fiscal deben entender las normativas que aplican específicamente a este tipo de entidades. Simultáneamente, las prácticas contables también pueden diferir substancialmente si consideramos el conjunto de objetivos y exigencias únicas a las que estas empresas deben responder.

Además, el capitalismo de estado puede condicionar las políticas fiscales generales de un país, con un sistema tributario diseñado para apoyar los objetivos del estado más que para maximizar la recaudación de manera neutral. Esto se refleja en la estructura de impuestos y los estímulos fiscales ofrecidos a las empresas, tanto públicas como privadas.

Ejemplo prácticos para entender el capitalismo de estado

Para ver cómo funciona el capitalismo de estado, pongamos como ejemplo un país que decide invertir y tomar una participación significativa en la industria de las energías renovables.

El gobierno no solo financia proyectos de energía solar y eólica, sino que crea empresas estatales o toma participaciones mayoritarias en ellas para dirigir el desarrollo del sector. Esto incluye políticas fiscales favorables, como exenciones de impuestos o tarifas especiales que facilitan su expansión y competitividad global.

Otro ejemplo puede ser un estado que ejerce una fuerte presencia en la industria automotriz.

En este caso, el gobierno puede poseer una parte importantes de las compañías líderes y, además de invertir en I+D, puede establecer normativas que favorezcan la comercialización de estos vehículos en el mercado interno, como beneficios fiscales a consumidores que opten por comprar automóviles producidos por estas compañías estatales.

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