¿Qué es costes directos?
Los costes directos son aquellos que están vinculados de forma clara y directa con la producción o prestación de un servicio.
Nos centramos en ellos porque su identificación y gestión adecuada son clave para la determinación del precio de venta y el cálculo de los beneficios.
Naturaleza de los costes directos
Nos adentramos en la naturaleza de los costes directos, que se caracterizan por su fácil asignación a un producto, servicio o centro de coste concreto.
Existen distintas categorías, pero entre las más habituales encontramos materias primas, mano de obra asociada al proceso productivo directamente y gastos específicos en la fabricación de un producto o prestación de un servicio.
Criterios para la clasificación de costes
Para clasificar un coste como directo nos basamos en criterios claros y precisos.
Se trata de costes que pueden identificarse con un artículo o actividad y que varían en función del volumen de producción. En cambio, los costes indirectos son aquellos que, aunque necesarios, no podemos asociar de manera directa a la producción de un bien o servicio particular.
Los costes directos en la toma de decisiones
Los costes directos tienen una relevancia capital en la toma de decisiones empresariales. Al comprender y controlar estos costes, podemos determinar el margen de beneficio, fijar precios de venta competitivos y evaluar la rentabilidad de productos o servicios.
Además, permiten llevar a cabo un seguimiento detallado de la eficiencia productiva y ofrecer información valiosa para la formulación de estrategias empresariales.
Control y gestión de los costes directos
La gestión de los costes directos exige un análisis exhaustivo y continuo para optimizar la producción y maximizar la rentabilidad.
Requiere de herramientas de contabilidad y gestión empresarial que permitan medir y ajustar estos costes en tiempo real. La implementación de un buen sistema de costeo directo es imprescindible para cualquier empresa que desee ser competitiva en su sector.
Ejemplos prácticos de costes directos
Veamos algunos ejemplos para clarificar el concepto. Si estamos fabricando mesas de madera, el coste de la madera sería un coste directo, puesto que es la materia prima principal. Asimismo, la mano de obra del carpintero que trabaja específicamente en el ensamblaje de estas mesas también es considerado un coste directo.
Otro ejemplo sería una empresa de servicios, por ejemplo, una asesoría fiscal. Aquí, el coste directo podría identificarse en las horas que un asesor dedica específicamente a la gestión fiscal de un cliente. Dicho tiempo se relaciona directamente con el servicio ofrecido y, por lo tanto, se considera un coste directo.
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