glosario contable>Declaración en negativo

¿Qué es declaración en negativo?

La declaración en negativo es un documento que presentamos ante la agencia tributaria para comunicar que, en el periodo impositivo correspondiente, no hemos tenido operaciones que declarar, o que estas no superan los mínimos establecidos.

Este trámite es fundamental para cumplir con nuestras obligaciones fiscales, incluso en ausencia de actividad, y evitar posibles sanciones o recargos por la falta de declaración.

¿Cuándo se debe presentar una declaración en negativo?

Existen varias situaciones en las que estamos obligados a presentar una declaración en negativo:

  • Si estamos dados de alta en el censo de empresarios, profesionales o retenedores y no hemos realizado operaciones que requieran la presentación de autoliquidaciones periódicas.
  • Cuando hemos cesado la actividad temporalmente pero mantenemos la alta censal.
  • En el caso de que las operaciones realizadas no superen el umbral que obliga a presentar declaración.

Presentar la declaración en negativo es una manera de informar a la autoridad tributaria de nuestra situación y mantener un registro actualizado de nuestra condición fiscal.

Elaboración de una declaración en negativo

Para elaborar correctamente una declaración en negativo, debemos considerar los siguientes aspectos:

  1. Confirmar los periodos y modelos tributarios que correspondan en función de nuestra actividad y forma jurídica.
  2. Verificar que efectivamente no se hayan superado los mínimos establecidos para la obligación de declarar.
  3. Comprobar que tenemos las altas censales vigentes correspondientes a nuestra situación.
  4. Completar de manera precisa y veraz el formulario o declaración, indicando expresamente que se trata de una declaración en negativo.

Es recomendable conservar toda la documentación y justificantes que avalen que no hemos realizado actividad económica o que esta no generaba la obligación de presentar una declaración.

Ejemplos prácticos de declaración en negativo

Ejemplo 1: Imaginemos que María es autónoma y tiene una tienda de artesanía. Este año, María decide tomarse un descanso y cierra su tienda por seis meses. Durante ese periodo no genera ninguna venta ni ingreso. Aun así, María debe presentar una declaración en negativo para esos seis meses, ya que mantiene su alta censal y debe informar a la agencia tributaria de su situación fiscal.

Ejemplo 2: Supongamos que una pequeña empresa de servicios informáticos, debido a la situación del mercado, no ha cerrado ningún contrato ni ha tenido ingresos en el último trimestre. A pesar de esto, la empresa está obligada a realizar las declaraciones correspondientes al IVA, IRPF, etc. En este caso, presentará una declaración en negativo, informando de que en ese periodo no tuvo operaciones que declarar.

Consecuencias de no presentar una declaración en negativo

No presentar la declaración en negativo puede acarrearnos problemas con la administración tributaria.

Estos son algunos de los riesgos:

  • Incurrir en sanciones por la falta de presentación de la declaración.
  • Que se nos exijan pagos de deudas tributarias que no corresponden.
  • Procesos de comprobación e inspección fiscal más complicados.

Por ello, es crucial mantener un buen control y gestión de nuestras obligaciones fiscales para evitar complicaciones innecesarias.

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