¿Qué es delito fiscal?

Las personas y las empresas están sometidas a una serie de responsabilidades fiscales, como pagar impuestos o presentar declaraciones ante las autoridades competentes.

Un delito fiscal ocurre cuando alguien, intencionadamente, incumple estas responsabilidades con el fin de obtener un beneficio ilegítimo o reducir sus cargas fiscales de manera ilegal.

Características del delito fiscal

A la hora de discernir si una acción entra dentro de la categoría de delito fiscal, consideramos una serie de características que deben cumplirse:

• Intencionalidad: Se actúa con el propósito de evadir impuestos o de ocultar información a la administración tributaria.
• Elusión de pago: Se evita el pago total o parcial de los impuestos que legalmente corresponden.
• Cuantía: La cantidad defraudada supera el umbral legalmente establecido para considerarse infracción administrativa y se tipifica como delito.
• Uso de medios fraudulentos: Se emplean estrategias o mecanismos engañosos, como la utilización de facturas falsas, contabilidad doble, entre otros.

Tipos de delitos fiscales

Dentro del espectro del delito fiscal, nos encontramos con diversas manifestaciones que varían en complejidad y en los métodos empleados:

• Fraude de IVA: Se simula una menor cantidad de ventas o se inflan las compras para reducir el IVA a pagar.
• Impuesto sobre Sociedades: Se ocultan beneficios o se inflan gastos para pagar menos impuestos por las ganancias corporativas.
• Impuestos sobre la renta: Las personas físicas pueden ocultar ingresos, inflar gastos deducibles o no declarar ciertos aspectos de su patrimonio para pagar menos IRPF.
• Blanqueo de capitales: No es estrictamente un delito fiscal, pero está estrechamente relacionado con éste al buscar la legalización de ganancias obtenidas de maneras ilegales, a menudo evadiendo impuestos.

Consecuencias del delito fiscal

Los delitos fiscales no solo tienen un impacto negativo en las arcas públicas, sino que también traen consecuencias legales significativas para los infractores.

Estas pueden ser:

• Sanciones económicas: Multas que pueden superar con creces la cantidad defraudada.
• Penalizaciones: Según la gravedad del delito fiscal, pueden derivarse penas de prisión.
• Reputacionales: La imagen pública de la persona o empresa involucrada se ve seriamente dañada.

Prevención del delito fiscal

Para evitar caer en delitos fiscales, tanto las empresas como las personas deben seguir una serie de buenas prácticas:

• Asesoramiento: Contar con el apoyo de profesionales en fiscalidad y contabilidad que aseguren el cumplimiento de todas las obligaciones tributarias.
• Transparencia: Mantener una contabilidad clara, precisa y sin irregularidades que pueda ser presentada ante cualquier inspección.
• Conocer la legislación: Estar al tanto de los cambios legislativos y aplicarlos de manera adecuada para evitar infracciones no intencionadas.

Ejemplos prácticos de delito fiscal

Ejemplo 1: Fraude de IVA

Imaginemos una empresa que compra mercancías por valor de 100.000 euros, pero emite facturas falsas que ascienden a 150.000 euros en gastos. De esta manera, la empresa podría estar reclamando fraudulentamente un reembolso del IVA superior al que le corresponde.

Ejemplo 2: Ocultación de ingresos

Una persona que trabaja como profesional independiente podría decidir no declarar a Hacienda parte de los ingresos obtenidos por sus servicios. Si esta cantidad no declarada supera el límite establecido por la legislación, estaríamos ante un claro caso de delito fiscal.