¿Qué es demanda inelástica?
Para facilitar la comprensión de este término, primero tenemos que reconocer que en la economía, los consumidores reaccionan ante los cambios de precios de diferentes maneras.
A veces, si el precio sube, la gente deja de comprar el producto; mientras que en otras ocasiones, parece que no importa lo que cueste, la gente sigue comprándolo casi con la misma frecuencia.
Precisamente, en esta segunda situación es donde encontramos la demanda inelástica, que implica una relación menor entre la variación porcentual del precio y la variación porcentual de la cantidad demandada.
Características de la demanda inelástica
La demanda inelástica tiene varias características claves que la definen:
- La variación porcentual en la cantidad demandada es menor que la variación porcentual en el precio.
- El coeficiente de elasticidad de la demanda es menor que uno.
- Los bienes con demanda inelástica suelen ser necesarios o no tienen sustitutos cercanos.
- El gasto de los consumidores es relativamente constante aun cuando el precio cambia.
Elementos que influencian la demanda inelástica
Existen distintos factores que pueden hacer que la demanda de un bien o servicio sea inelástica:
- Necesidades básicas: Productos como el agua, la electricidad o los medicamentos esenciales.
- Falta de sustitutos: Cuando no hay alternativas disponibles, la demanda tiende a ser inelástica.
- Hábito o adicción: Productos como el tabaco o el café pueden tener una demanda inelástica debido a la dependencia que generan.
- Percepción de esencialidad: Aun cuando no sea un bien básico, si la percepción del consumidor es que el producto es esencial, la demanda será inelástica.
¿Cómo se mide la demanda inelástica?
Para medir la elasticidad de la demanda utilizamos un coeficiente que se calcula como la relación porcentual entre la variación de la cantidad demandada y la variación porcentual del precio. Si este coeficiente (conocido como elasticidad precio de la demanda) es menor que uno, entonces estamos ante una demanda inelástica. Matemáticamente, se expresa de la siguiente manera:
Elasticidad precio de la demanda (EPD) = % de variación de la cantidad demandada ÷ % de variación de precio
Ejemplos prácticos de demanda inelástica
Productos farmacéuticos: consideremos un medicamento que no tiene sustituto y es necesario para tratar una enfermedad crónica. Aunque el precio del medicamento aumente, las personas seguirán necesitándolo y lo comprarán, ya que su salud depende de ello. En este caso, la cantidad demandada no disminuye significativamente con el aumento de precio, exhibiendo una demanda inelástica.
Combustibles: por otro lado, el combustible para vehículos es otro ejemplo clásico. A pesar de los aumentos de precios, la cantidad de combustible que necesitan los conductores para sus desplazamientos diarios cambia muy poco, porque muchas veces no tienen alternativas viables de transporte. Así, el combustible tiene una demanda inelástica a corto plazo.
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