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¿Qué es intermediarios financieros?

Imaginemos que somos una pequeña empresa en busca de financiación o una persona con ahorros que quiere invertir. En este escenario, encontramos que no siempre es fácil o directo conectar con quien pueda ofrecer o necesitar estos servicios financieros.

Ahí es donde entran los intermediarios financieros, entidades que facilitan la unión entre quienes tienen recursos financieros y quienes los necesitan.

Son el eslabón que asegura que el sistema financiero funcione de manera eficiente, ya que sin ellos, nos enfrentaríamos a un mercado fragmentado y con muchas dificultades para realizar transacciones.

Funciones de los intermediarios financieros

Los intermediarios financieros realizan una serie de funciones esenciales para la economía. Su labor principal es la de intermediación, captando fondos de personas o entidades con superávit y canalizándolos hacia aquellos que necesitan financiación. Además, contribuyen a la reducción de costes de transacción y a la diversificación de riesgos, pues al agrupar recursos, pueden invertir en una variedad de productos y distribuir así el riesgo entre diferentes activos.

Otra función importante es la de proporcionar liquidez al sistema. Mediante el ofrecimiento de diversos productos financieros, permiten que los ahorradores dispongan de sus fondos cuando los necesiten, mientras que al mismo tiempo ofrecen crédito a largo plazo para aquellos que lo soliciten.

Por último, ejercen un papel relevante en la transmisión de la política monetaria, pues a través de sus acciones y ofertas de productos financieros, ayudan a que las medidas del banco central se traduzcan en cambios efectivos en la economía real.

Tipos de intermediarios financieros

Dentro del amplio abanico de intermediarios financieros, podemos identificar distintos tipos, cada uno con sus propias características y servicios que ofrecen:

  • Bancos Comerciales: Recogen depósitos de sus clientes y otorgan préstamos, jugando un papel central en el sistema de pagos.
  • Cajas de Ahorro: Similares a los bancos, suelen tener un enfoque más regional y social.
  • Cooperativas de Crédito: Asociaciones que proveen servicios financieros a sus miembros, a menudo con beneficios como tasas de interés más favorables.
  • Sociedades de Inversión: Gestionan fondos colectivos de inversiones permitiendo a los inversores participar en una cartera diversificada con menores montos.
  • Entidades de Capital Riesgo: Financian empresas en fases tempranas o start-ups a cambio de participaciones en su capital.
  • Sociedades de Garantía Recíproca: Ofrecen avales a las empresas para la obtención de préstamos.
  • Bancos de Desarrollo: Orientados a financiar proyectos de largo plazo que contribuyan al progreso económico y social.

Ejemplos prácticos de intermediarios financieros

Por un lado, imaginemos que deseamos comprar una casa pero no contamos con todo el capital necesario para hacerlo. Acudimos a un banco, un tipo de intermediario financiero, para solicitar una hipoteca. Así, el banco utiliza los fondos depositados por otros clientes para otorgarnos el crédito, permitiéndonos adquirir la vivienda y, a su vez, generando un interés que se distribuye entre los ahorristas.

Por otro lado, si tenemos unos ahorros y queremos obtener rentabilidad, podemos invertir en un fondo de inversión. La sociedad gestora del fondo, actuando como intermediario financiero, recopila el dinero de muchos inversores como nosotros para comprar acciones, bonos u otros activos financieros, contribuyendo a la diversificación del riesgo y procurando una gestión profesional de la inversión.

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