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¿Qué es Ley de Laplace?

La Ley de Laplace es un principio fundamental en la física que describe la fuerza que se ejerce sobre las paredes de un contenedor debido a la presencia de un gas o líquido a cierta presión.

La relación describe cómo la presión dentro de una burbuja o un globo es proporcionalmente superior a la presión exterior debido a la tensión superficial del material que los delimita.

Esta ley puede desglosarse en dos situaciones principales: una para cuerpos esféricos y otra para cilíndricos, con fórmulas específicas para cada caso.

Relación entre presión y tensión superficial

Para internalizar la Ley de Laplace, es imprescindible entender la relación entre la presión y la tensión superficial.

Esta relación puede ser la clave para entender cómo una empresa puede estructurarse para no solo resistir, sino prosperar bajo ciertas presiones.

La tensión superficial es un concepto que podemos equiparar a la capacidad de una empresa de mantenerse cohesiva y resistir las perturbaciones externas, mientras que la presión interna podría ser vista como la motivación y el impulso de los empleados para alcanzar los objetivos empresariales.

La fórmula de la Ley de Laplace

La fórmula que expresa matemáticamente la Ley de Laplace varía si estamos hablando de esferas o cilindros.

En el caso de una esfera, la presión dentro de la burbuja (P) es igual a dos veces la tensión superficial (T) dividido por el radio de la burbuja (R), es decir, P = 2T/R. Para un cilindro, la fórmula sería P = T/R.

Esta sencilla relación nos comunica cómo factores como la tensión superficial y el tamaño del cuerpo afectan a la presión que debe soportar. Es un recordatorio de que los detalles más pequeños pueden tener grandes implicaciones.

Ejemplos prácticos de la Ley de Laplace

Ejemplo 1: Tensión en las Start-ups

Imaginemos una start-up cuya tensión superficial es su cultura empresarial innovadora y su equipo comprometido. La presión interna sería el capital de riesgo que han recibido, creando altas expectativas de crecimiento. Como una burbuja con un radio pequeño (R), cualquier tensión superficial (T) significativa resulta en una alta presión interna que debe ser manejada para evitar que la «burbuja» estalle, es decir, que la empresa falle en alcanzar sus objetivos.

Ejemplo 2: Corporaciones Establecidas

Por otro lado, tenemos una gran corporación con una muy amplia «superficie» (radio grande). Aquí, la tensión superficial podría ser la estructura corporativa y la presión interna podría ser la innovación constante para mantenerse relevantes en el mercado. Aunque la tensión superficial es grande, la burbuja también lo es, lo que significa que la presión interna es más fácil de manejar y la estructura más resistente ante las perturbaciones externas.

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