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¿Qué es deflación?

La deflación es un fenómeno económico que se produce cuando los precios de bienes y servicios descienden de manera sostenida a lo largo del tiempo, a diferencia de la inflación, que se caracteriza por un incremento de los precios.

Hablamos de deflación cuando el índice de precios, que mide el coste medio de una cesta de bienes y servicios representativa, cae de forma continuada.

Características de la deflación

La deflación viene acompañada de una serie de rasgos que nos ayudan a reconocer su presencia en la economía:

  • Reducción en el nivel general de precios.
  • Incremento del valor real del dinero.
  • Posible disminución en el nivel de producción y empleo.

Este fenómeno puede ser el resultado de diferentes factores como una caída en la demanda de bienes y servicios o un aumento en la oferta de los mismos.

Sea cual sea la causa, la deflación puede tener importantes repercusiones en la actividad económica.

Causas de la deflación

Veamos algunas de las principales causas que pueden desencadenar un proceso deflacionario:

  • Exceso de Oferta: Cuando la producción de bienes supera la demanda existente.
  • Reducción de la Demanda: Puede ser consecuencia de políticas fiscales restrictivas, aumento del ahorro o reducción del gasto público.
  • Avances Tecnológicos: Incremento en la eficiencia de la producción que reduce los costes y los precios.
  • Apreciación de la Moneda: Cuando el valor de la moneda nacional aumenta frente a otras divisas, disminuyendo el precio de los productos importados.

Consecuencias de la deflación

La deflación no es un mero ajuste de precios, sino que acarrea una serie de consecuencias directas en la economía, entre las que destacamos:

  • Aumento de la carga real de la deuda: Con precios más bajos, el valor real de la deuda se incrementa, lo que puede complicar su devolución.
  • Retraso en las decisiones de consumo e inversión: Los consumidores y empresarios pueden posponer sus compras o inversiones esperando precios aún más bajos en el futuro.
  • Afectación a las empresas: Reducción en los márgenes de beneficio, lo que puede llevar a recortes de personal, inversión y producción.
  • Riesgo de espiral deflacionaria: Una caída prolongada de los precios puede conducir a una reducción del nivel de actividad económica y empleo.

Ejemplos prácticos de la deflación

  1. Imaginemos un descenso en el consumo de electrodomésticos en una economía. Si las empresas de este sector mantienen una producción constante, se genera un excedente que obliga a la bajada de precios para poder vender el stock acumulado. Esta reducción de precios es un signo de deflación que, si se extiende en el tiempo, podría significar una desaceleración de toda la industria.
  2. En otro caso, si un país experimenta una apreciación significativa de su moneda, los productos importados costarán menos en términos de moneda local. Esto puede provocar una caída generalizada de precios, llevando a la economía a una etapa deflacionista.

Medidas ante la deflación

Frente a un escenario deflacionario, los gobiernos y bancos centrales pueden adoptar diversas estrategias:

  • Políticas monetarias expansivas: Inyección de liquidez al mercado para estimular el gasto y la inversión.
  • Reducciones en los tipos de interés: Para abaratar el crédito y fomentar el consumo.
  • Políticas fiscales expansivas: Aumento del gasto público y reducción de impuestos para incrementar la demanda agregada.

Estas acciones buscan revertir la tendencia deflacionaria y devolver la estabilidad a los precios, objetivo fundamental para el crecimiento sostenido de la economía.

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