Actualizado: 09 febrero, 2024 · 52 comentarios · 15 min de lectura

Clasificación de las empresas: definición y cuántos tipos hay

clasificacion de las empresas
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Revisado por: Silvia De Lama Toledo

Si vas a comenzar un nuevo negocio, es importante que conozcas la clasificación de las empresas según diferentes criterios.

En este artículo te mostramos las clasificaciones más usadas y las analizaremos con detalle, por lo que esperamos poder ayudarte en tu decisión.

Criterios de clasificación de las empresas

Los llamados criterios de clasificación de las empresas son una serie de parámetros o características definidos que utilizamos para poder agrupar a las empresas en diferentes segmentos o clases. Los más utilizados son:

  • La personalidad jurídica.
  • El tamaño.
  • El capital social.
  • El sector económico al que pertenecen.
  • El tipo de actividad económica que realizan.
  • El ámbito de actuación.
  • La cuota de mercado.
  • El esquema laboral.

¿Cuál es la clasificación de las empresas?

A la hora de definirlas podemos utilizar diferentes criterios de clasificación de las empresas para poder compararlas con otras de forma rápida y sistemática, con unos mismos baremos. Así, crearemos normas reguladoras y haremos acciones determinadas y controladas según los objetivos que se quieran alcanzar y la situación del momento.

Los criterios de clasificación de las empresas no son excluyentes, por lo que una misma compañía puede formar parte de varios grupos a la vez, según el criterio utilizado, y cambiar de grupo cuando sea necesario para ajustarse a su realidad si se producen modificaciones en su forma jurídica, tamaño, etc.

A continuación, vamos a ver en detalle la clasificación empresarial más habitual para establecer una tipología de las empresas según diferentes criterios.

Clasificación de las empresas según su forma jurídica

La forma jurídica de una empresa es la identidad que asume legalmente una compañía teniendo en cuenta la titularidad y la responsabilidad de sus propietarios.

Esta es la clasificación de las empresas según los tipos de forma jurídica existentes:

  • Persona física: el empresario individual es el autónomo que desarrolla una actividad económica por cuenta propia. Él es el máximo responsable de la compañía y a quien pertenecen tanto los beneficios como las deudas que se generen, respondiendo con su patrimonio profesional y personal. Además, desde el 1 de enero del 2023 es obligatorio cotizar mensualmente a la Seguridad Social en función de los ingresos reales (Real Decreto-ley 13/2022, de 26 de julio) y su cotización podrá modificarse hasta 4 veces durante 2023, 2024 y 2025 si lo necesita para adaptarse a los cambios en las cuotas que se establezcan legalmente. Consulta la última actualización del 30 de enero de 2024.
  • Varias personas (físicas y/o jurídicas): es la unión de varias personas que se unen para desarrollar un negocio conjunto. En el caso de personas físicas, podrán constituir sociedades civiles o comunidades de bienes. Estas serán las responsables de las deudas.
  • Unión temporal de empresas: similar a la anterior, ya que se unen para llevar a cabo una unidad productiva, con la diferencia de que se trata de personas jurídicas.
  • Persona jurídica o sociedad: su objeto es la realización de una actividad comercial con ánimo de lucro, donde se unen uno o más individuos para conseguir unos beneficios. El tipo de sociedad que se vaya a crear va a depender de la relación que exista entre los socios, la responsabilidad, el riesgo y el objeto social de esta. Puedes consultar aquí los tipos de sociedades existentes en España. Las dos formas más comunes de sociedad son la Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL) y la Sociedad Anónima (SA). La principal diferencia a la hora de constituir una u otra es la cuantía mínima del capital social inicial, pues para la S.R.L. son 3000€ mientras que para una S.A. son 60.000€. A este respecto, tenemos que hacer una puntualización ya que tras la aprobación de la Ley 18/2022 del 28 de septiembre de creación y crecimiento de empresas, conocida como Ley Crea y Crece, se puede constituir una sociedad limitada con un capital social mínimo de 1€. Para poder hacerlo hay que cumplir con una serie de requisitos bastante estrictos, por lo que te recomendamos que, antes de tomar una decisión precipitada, busques asesoramiento y te pongas en contacto con un experto en la materia.

Ahora que ya conoces la clasificación de empresas según su forma jurídica, te vamos a indicar los parámetros que debes consultar y seguir, según tu caso particular, para elegir la que mejor se adapte a tu negocio atendiendo a:

  • Tipo de actividad: algunos sectores empresariales obligan a una forma jurídica determinada.
  • Número de fundadores: para un solo fundador se recomienda la unipersonal. Si existiesen más responsables, se puede optar por cualquier forma jurídica anteriormente comentada.
  • Inversión inicial: la elección de la forma jurídica depende de la inversión económica inicial.
  • Responsabilidad frente a terceros: los socios deben elegir el tipo de responsabilidad frente a deudas del negocio.
  • Fiscalidad: tributación en IRPF o en Impuesto sobre Sociedades según marque la normativa para cada caso. Por ejemplo, las sociedades anónimas y limitadas tienen que tributar de forma obligatoria por el Impuesto sobre Sociedades. Sin embargo, en el caso de las Comunidades de Bienes, al carecer de personalidad jurídica propia, serán los comuneros los que tributarán por el beneficio obtenido en función de su porcentaje de participación.

Clasificación de las empresas según su tamaño

Este tipo de clasificación de las empresas según su tamaño viene fijado por el Reglamento de la Unión Europea nº651/2014, y consiste en:

  • Grandes empresas: son las que manejan grandes capitales y suelen tener instalaciones propias. Tienen un volumen de negocio anual superior a 50 millones de euros, más de 250 trabajadores, un sistema de administración avanzado y préstamos importantes con entidades financieras nacionales e internacionales.
  • Medianas empresas: su volumen de negocio es igual o inferior a 50 millones de euros, tienen menos de 250 trabajadores, sus áreas definidas por funciones y sus procedimientos están automatizados.
  • Pequeñas empresas: tienen un volumen de negocio igual o inferior a 10 millones de euros y menos de 50 trabajadores. Son entidades independientes y rentables, aunque no predominan en el sector industrial.
  • Microempresas: con un volumen de negocio inferior a 2 millones de euros y con menos de 10 trabajadores, usan sistemas de fabricación artesanales, el propietario se encarga de los asuntos administrativos, producción y ventas.

Como hemos dicho, esta es la clasificación según la Unión Europea, aunque a efectos tributarios en España se considera Gran Empresa aquella cuya facturación anual sea superior a los 6.010.121,04€.

La clasificación de empresas según su tamaño nos permite conocer el tipo de ayudas o subvenciones a las que podemos acceder, cómo podemos interactuar con ellas y hacer análisis comparativos con empresas similares.

También existe otra forma de clasificación de empresas, independientemente del tamaño, que tiene en cuenta otro aspecto distinto: su carácter familiar o no familiar.

  • Una empresa se considera familiar cuando la mayoría de la propiedad (más del 50%) recae en una o más familias, donde algún miembro participa también la gestión.
  • La empresa será no familiar cuando no cumpla ninguna de las características anteriores.

Clasificación de las empresas según su capital

Existe otro criterio de clasificación de empresas muy importante que atiende al origen de su capital, según sea público, privado o mixto.

  • Capital público: una empresa pública es aquella donde el estado tiene la participación total o mayoritaria. Se crean con el objetivo de ofrecer bienes y servicios a la población, sobre todo de primera necesidad.

Sus principales características son:

→ Más del 50% del capital social pertenece al Estado o a cualquier nivel de descentralización (provincial o municipal).

→ Suelen ofrecer servicios básicos y de primera necesidad.

→ Se sitúan sectores estratégicos y fundamentales para el país, como el de la comunicación para ofrecer información de interés público.

→ Estas empresas pueden competir o no con empresas privadas.

  • Capital privado: una empresa privada es aquella que el capital proviene de personas particulares o de sociedades mercantiles.
  • Capital mixto: son empresas que combinan capital público con capital privado, aunque la mayoría de la inversión provienen de fondos públicos, ya que sus objetivos están centrados en actividades de interés público.

Existen muchas empresas públicas que al final terminan convirtiéndose en mixtas debido a diferentes circunstancias:

→ Provienen de empresas públicas que se han ido privatizando poco a poco, como, por ejemplo, Iberia.

→ Empresas de nueva creación que optan por la colaboración del sector privado y el público, como, por ejemplo, empresas de servicios del ayuntamiento.

Entonces, una empresa privada puede convertirse en pública, al igual que una pública se puede privatizar.

Un ejemplo de empresa pública privatizada es AENA, la cual era pública al 100% y se ha privatizado en una parte.

Cuando una empresa privada se convierte en pública se denomina nacionalización.

Las empresas públicas son gestionadas por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la cual, se encarga de rentabilizar las participaciones empresariales y buscar el interés público, uniendo la rentabilidad económica y social.

Por lo tanto, conocer quiénes son los administradores de una empresa es algo fundamental para ver cómo es su funcionamiento y cómo podrá ser su desarrollo.

Consulta aquí los tipos de administradores de empresas.

Existe otro posible criterio de clasificación de las empresas que tiene relación también con su capital: la clasificación por la capitalización bursátil. En este caso, se diferencia entre las empresas cotizadas y las no cotizadas, es decir, si sus acciones negocian en bolsa o no.

De esta forma, se pueden dar casos aparentemente curiosos de empresas mixtas, como Red Eléctrica de España, que cotice en bolsa teniendo parte de titularidad pública. Saber esto de antemano facilita mucho a los inversores la identificación de oportunidades de inversión.

Clasificación de las empresas según su sector económico

Dentro de esta clasificación de empresas destacamos las siguientes:

  • Sector primario: dedicados a obtener productos de la naturaleza, es el sector agrario, ganadero, pesquero y minero. Su fuente principal fuente de ingresos proviene de la explotación de los recursos naturales.
  • Sector secundario: dedicados a la transformación de las materias primas en productos manufacturados, es decir, sector industrial, energético, construcción, etc.
  • Sector terciario: aquí se encuentran las actividades económicas relacionadas con la prestación de servicios, como transporte, comunicaciones, comercio, turismo, etc.
  • Sector cuaternario: este sector tiene su origen en el sector terciario, pero se distingue porque incluye servicios específicos como son los servicios de tecnologías de la información y creación, investigación y desarrollo e innovación.

Clasificación de las empresas según su tipo o actividad

La actividad de una compañía también es una forma muy útil de establecer una tipología de empresas, pudiendo definirse en 3 modalidades:

Industriales:

  • Son las que producen bienes o servicios a partir de su extracción o producción.
  • Agricultura e industria.

Servicios:

  • Ofrecen servicios gracias al capital humano y a los medios materiales.
  • Empresas de transporte, asesoramiento, enseñanza y sanitaria.

Comerciales:

  • No producen, se encargan de la venta de los bienes y servicios.
  • Son intermediarios mayoristas o minoristas.

Esta clasificación de las empresas sirve para saber en qué grupo puedes situar tu actividad económica. Si vas a iniciar y dar de alta tu negocio tendrás que acudir a la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) que agrupa oficialmente, en España, los diferentes tipos de actividades empresariales.

Clasificación de las empresas por su ámbito de actuación o alcance geográfico: locales, nacionales, multinacionales o internacionales y transnacionales

Con esta clasificación de empresas se estudia cuál es el ámbito de actuación o alcance geográfico que tienen y, así, determinar cuáles podrían ser sus competidores más directos dentro de su radio de acción.

Según esto, podemos encontrarnos con la siguiente clasificación:

Clasificación de las empresas por su cuota de mercado: empresa aspirante, especialista, líder y seguidora

Otro criterio de clasificación de las empresas es el que se fija en cómo de consolidada está una compañía en su mercado y de qué manera lo hace.

Esto nos permite distinguir entre:

  1. Aspirante: es la empresa que está en una etapa inicial de su desarrollo. Suele estar en proceso de establecerse en el mercado o de expansión. Además, está enfocada en el crecimiento y en la adquisición de habilidades y recursos para ser más efectiva. También se es “aspirante” si se tiene un objetivo muy ambicioso, que aún no ha alcanzado
  2. Especialista: es la que ya tiene un expertise en un área específica de negocio o está ofreciendo productos o servicios altamente especializados y de alta calidad en un nicho de mercado particular. Su objetivo es ser un referente dentro de su campo de especialización, con soluciones únicas y diferenciadas, y con tendencia a convertirse en líder.
  3. Líder: es la que domina su mercado y establece el estándar de referencia para otras empresas en su industria o sector y a las que las demás quieren emular. Tiene capacidad de innovación, fuerte presencia en el mercado, una amplia base de clientes y enorme influencia en el sector. Las empresas líderes tienen una posición sólida y competitiva, con una marca reconocida y una reputación establecida.
  4. Seguidora: es la que sigue de cerca a las empresas líderes del mercado, imitando o emulando sus estrategias y prácticas comerciales. A pesar de su posible éxito, carece de la capacidad para innovar o liderar en su sector, por eso se limita a copiar o seguir. Su objetivo es ser competitiva y alcanzar un rendimiento similar al de las empresas líderes sin asumir los mismos riesgos.

Una variante de este criterio puede ser la de tener en cuenta criterios de rentabilidad y ritmo de crecimiento, pudiendo determinarse si se trata de empresas en crecimiento, estables o declinantes. Esta visión es muy valiosa para los analistas cuando analizan su potencial y estabilidad financiera.

Clasificación de las empresas por su esquema laboral: empresas de trabajo presencial, remoto y mixto

Antes de finalizar, vamos a hablar sobre uno de los criterios de clasificación de las empresas que se ha impuesto a raíz de la pandemia mundial que hemos sufrido y cómo las compañías se han ido adaptando para sobrevivir y continuar en ejercicio. En este caso el criterio se fija en cuál es su esquema laboral y modalidad de trabajo, pudiendo ser:

  • Empresas de trabajo presencial: son aquellas en las que hay que acudir a su puesto de trabajo, bien porque esto es imprescindible para su funcionamiento, como ocurre en las fábricas, o porque continúan con el modelo tradicional de trabajo y tienen que “fichar las horas” como modo de calcular su rentabilidad.
  • Empresas con trabajo en remoto: ha sido la tendencia de los últimos años. Suelen ser empresas de servicios con profesionales que pueden trabajar a distancia por distintos motivos —viajes de trabajo, conciliación personal y familiar, etc. Esto no significa que estén descontrolados porque cuentan con horarios y normas ya establecidas, así como otras formas de calcular su productividad. Esta modalidad de trabajo ha dado lugar a los profesionales llamados “nómadas digitales” porque pueden trabajar desde cualquier parte del mundo.
  • Empresas con modalidad de trabajo mixta: son las que combinan la presencialidad con el trabajo en remoto, ya que mantienen la deslocalización como una ventaja de contratación, pero necesitan mantener una parte presencial para determinadas tareas, funciones, etc.
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Objetivo de establecer una tipología de las empresas

Como hemos comprobado, existen tantos tipos como criterios de clasificación de las empresas que podemos utilizar para definirlas. El objetivo principal que se persigue a la hora de clasificar a una compañía es la de ver, de una forma rápida y organizada, con elementos comparables, cómo es una empresa, cuál es su funcionamiento, en qué situación está respecto su mercado o sector, sus oportunidades de actuación y mejora, etc.

A los analistas, inversores, gobiernos y agentes financieros, en general, esto les ayuda a diseñar estrategias y tomar decisiones fundamentales para la economía, las empresas y su desarrollo. Además, también fomenta la transparencia y la confianza de terceros, ya que les ayuda a comprender mejor a la empresa y sus actividades.

Si tienes alguna duda, ponte en contacto con nosotros o escribe tu consulta en el apartado comentarios. Daremos respuesta a tu pregunta de la forma más rápida posible, gracias a nuestros expertos en asesoría fiscal.

Sobre la persona que ha validado este artículo
Marcos De La Cueva - CEO Billin

Licenciado en ADE por la Universidad Autónoma de Madrid, Marcos De la Cueva es CEO y cofundador de Billin, un programa online que lleva más de 9 años ayudando a autónomos, pequeños negocios y gestorías a digitalizar sus presupuestos, facturas, tickets y gastos.
 
Sobre Marcos De La Cueva
 
Apasionado por el mundo empresarial y la tecnología, cursó su Máster de Finanzas en la Universidad Pontificia de Comillas y estuvo en el Programa de Cooperación Educativa de la Universidad Autónoma de Madrid.
 
Marcos siempre ha tenido su objetivo claro: ayudar a la creación de negocios financieramente sostenibles a través de una herramienta de facturación que les permita ahorrar tiempo y tener la contabilidad bajo control.
 
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