Elementos estratégicos esenciales para la creación de una Startup
Cuando se utiliza el término Startup se hace referencia aquellos proyectos emprendedores y sociedades de nueva creación que presentan una perspectiva basada en la innovación, o forma parte de un sector de actividad en el que se percibe unas altas expectativas comerciales de beneficio y crecimiento a medio y largo plazo.
Atendiendo a este aspecto, aun teniendo en cuenta que el término Startup puede ser utilizado para definir a una entidad de cualquier sector de actividad relacionada con un alto espíritu de innovación organizativa o productiva, este suele ser empleado específicamente para referirse a empresas con un marcado componente tecnológico, y muy especialmente a aquellas que están relacionadas con el universo web 2.0 y el ámbito de las TICs.
“La traducción literal de Startup es algo así como ‘puesta en marcha’, si bien tiene más relación con la acepción ‘emergente’.”
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¿Qué características definen una Startup tecnológica?
Una Startup tecnológica destaca por su capacidad para presentar unos costes de desarrollo considerablemente inferiores al resto de entidades, debido al carácter intangible de su oferta comercial y su impresionante capacidad de crecimiento.
Por ello, el concepto de Startup suele estar relacionado principalmente con aquellos modelos de negocio escalables, en los que se percibe una relación no lineal entre la estructura de costes y el volumen de ingresos obtenidos, integrando su capacidad de generar un mayor nivel de ingresos con la misma capacidad de recursos, lo que las lleva a presentar un margen de beneficios netamente superior.
¿Qué elementos son esenciales en el desarrollo de una Startup?
Para empezar, en el proceso de creación y puesta en marcha de una Startup será esencial disponer de una combinación perfecta entre la agilidad en el lanzamiento de la misma y el hecho de que su oferta comercial se encuentre actualmente en una fase avanzada de desarrollo.
Asimismo, en el desarrollo de una Startup será fundamental orientar el desarrollo de nuestro negocio a aquellos aspectos que sean asumibles en sus fases iniciales de creación de la empresa, con el fin de limitar así los riesgos relacionados con la dispersión de recursos y enfocar su evolución hacia aquellos elementos que constituyen su núcleo central o ‘core’.
Del mismo modo, será esencial considerar la importancia de formalizar todos los registros de patentes que sean necesarios para garantizar la diferenciación de nuestra idea de negocio de las ya existentes en el mercado y evitar, de igual forma, la posible aparición de empresas que traten de imitar nuestra innovación.
No obstante, más allá del resto de aspectos tratados anteriormente, habrá que prestar una atención especial a la integración de las distintas herramientas que puedan contribuir a garantizar su impacto positivo en el lanzamiento del producto, para garantizar así la detección y acceso con éxito a un mercado interesado en sus nuevas prestaciones a escala mundial.
El principal objetivo de esta medida residirá, como no podría ser de otra manera, en la reducción del plazo necesario para el retorno de la inversión realizada, para poder así amortizar con mayor rapidez las fuentes de financiación utilizadas y, a partir de ahí contar con los recursos necesarios para el desarrollo continuado de aquellas inversiones que aseguren la vigencia y competitividad de nuestro proyecto empresarial a largo plazo.
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