glosario contable>Activo corriente y no corriente

¿Qué es activo corriente y no corriente?

La distinción entre activos corrientes y no corrientes es crucial, ya que refleja la capacidad de la empresa para generar liquidez a corto y largo plazo, y, por lo tanto, su estabilidad y salud financiera.

Definición de activos corrientes

Los activos corrientes, también conocidos como activos circulantes, son aquellos bienes y derechos que se espera convertir en dinero o consumir en el ciclo normal de operaciones de la empresa, es decir, en un plazo no mayor a un año.

Estos activos son fundamentales para el funcionamiento diario de la empresa y para gestionar sus necesidades de liquidez a corto plazo.

Listado de activos corrientes

  • Caja y bancos: dinero efectivo en caja o depósitos bancarios disponibles.
  • Inversiones a corto plazo: inversiones financieras que se pueden liquidar rápidamente.
  • Deudores comerciales: cantidades adeudadas por clientes.
  • Existencias: productos y materias primas destinadas a la venta o producción.
  • Otros activos líquidos: como el IVA recuperable o anticipos a proveedores.

Ejemplos de activos corrientes

Imaginemos que una empresa de calzado tiene en su almacén zapatos valorados en 10.000 euros, que espera vender en los próximos seis meses.

Estos zapatos se clasifican como existencias dentro de los activos corrientes. Además, si esta empresa tiene una cuenta bancaria con 5.000 euros destinados a la operativa diaria y recibos por cobrar de clientes por valor de 3.000 euros a 30 días, estos también formarán parte de sus activos corrientes.

¿Qué son los activos no corrientes?

Por otro lado, los activos no corrientes, también denominados activos fijos o inmovilizados, son aquellos bienes de una empresa destinados a servir de forma duradera, es decir, con una vida útil superior al año.

Estos incluyen inversiones a largo plazo y son vitales para el desarrollo de las actividades a mediano y largo plazo de la empresa, así como para su expansión y crecimiento.

Listado de activos no corrientes

  • Inmovilizado material: como edificios, maquinaria o vehículos.
  • Inmovilizado intangible: incluye patentes, licencias y marcas registradas.
  • Inversiones financieras a largo plazo: participaciones en otras empresas que no se prevea liquidar en el corto plazo.
  • Propiedades de inversión: inmuebles destinados a obtener rentas o plusvalías a largo plazo.
  • Activos por impuestos diferidos: impuestos que se recuperarán en ejercicios futuros.

Ejemplos de activos no corrientes

Pongamos como ejemplo una constructora que posee una grúa para la realización de sus obras. Esta grúa, que tiene una vida útil de varios años y representa una inversión significativa, es parte de sus activos no corrientes. Asimismo, si esta misma empresa dispone de terrenos no destinados a la venta inmediata sino para futuros proyectos de construcción, estos terrenos se considerarán un activo no corriente.

Diferencias clave entre activos corrientes y no corrientes

Las diferencias entre activos corrientes y no corrientes recaen en el tiempo de conversión en liquidez y su papel en la operativa empresarial.

Mientras que los activos corrientes están asociados a la liquidez y al ciclo operativo de corto plazo, los activos no corrientes se relacionan con la inversión a largo plazo y con la capacidad de una empresa para sostener y expandir su funcionamiento a lo largo del tiempo. Reconocer estas diferencias es vital para entender las estrategias financieras y de inversión de una compañía, así como su resistencia y potencial de crecimiento.

No te pierdas nada

Subscríbete a la Newsletter de Billin

A principios de cada mes enviamos un email
con todas las novedades.