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¿Qué es bienes raíces?

Los bienes raíces, también conocidos como inmuebles o propiedades inmobiliarias, son aquellos que hacen referencia a la tierra, al terreno y a todo lo que está anclado de manera fija a ella, como edificios, casas y otras estructuras.

En el ámbito fiscal, empresarial y contable, los bienes raíces juegan un papel esencial, ya que representan una de las principales formas de inversión y activo para individuos y empresas.

Tipos de bienes raíces

Primero, es importante distinguir entre los diferentes tipos de bienes raíces:

  • Residenciales: Son aquellos destinados a vivienda como casas, apartamentos, chalets, etcétera.
  • Comerciales: Incluyen oficinas, locales comerciales, almacenes, entre otros, que son utilizados para llevar a cabo actividades comerciales.
  • Industriales: Comprenden fábricas, depósitos y cualquier propiedad utilizada en la producción o almacenamiento de bienes.
  • Terrenos: Se refiere a la tierra sin desarrollar o en proceso de desarrollo.
  • Especiales: Son propiedades que no encajan en las categorías anteriores, como hospitales, escuelas y edificios gubernamentales.

Importancia en el ámbito fiscal

En el contexto fiscal, los bienes raíces son relevantes porque están sujetos a diversos impuestos y tasas. En España, por ejemplo, tenemos el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) que grava la titularidad de cualquier bien inmobiliario. Además, las transacciones de bienes inmuebles están sujetas al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) en el caso de propiedades de segunda mano, o al IVA y al acto jurídico documentado para las de obra nueva.

Al adquirir o vender una propiedad, es fundamental tener en cuenta las implicaciones fiscales que conlleva, ya que afectarán tanto al precio final de la transacción como a la rentabilidad de la inversión inmobiliaria.

Relevancia en el ámbito empresarial y contable

En el terreno empresarial, los bienes raíces pueden representar una fuente de ingresos importante mediante el alquiler o la revalorización del activo a lo largo del tiempo. Desde el punto de vista contable, un bien inmueble se valora en el balance general de la empresa como un activo no corriente, que puede sufrir depreciaciones o revalorizaciones según el mercado y su uso.

Las empresas dedicadas al sector inmobiliario deben llevar un registro detallado de sus bienes, conocer su valor en el mercado y gestionar adecuadamente estos activos para maximizar su rentabilidad y minimizar riesgos fiscales y financieros.

Ejemplos prácticos para entender los bienes raíces

Ejemplo de inversión residencial

Imaginemos que adquirimos una vivienda en el centro de Madrid como inversión. La idea es reformarla y posteriormente alquilarla. Hemos obtenido un inmueble realmente valioso, ya que se encuentra en una zona de alta demanda, y esperamos que su valor se incremente con el tiempo. Además de las rentas mensuales, cuando decidamos vender la propiedad, si el mercado inmobiliario ha subido, obtendremos una ganancia en la inversión.

Ejemplo de Local Comercial

Supongamos que nuestra empresa compra un local comercial en una zona de gran tránsito en Barcelona para abrir una nueva tienda. Este bien raíz se registrará como un activo en nuestro balance y, además de su utilidad para las operaciones comerciales, puede experimentar una apreciación de su valor debido a mejoras en el barrio o a la propia actividad económica que genera la tienda.

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