¿Qué es de facto?

De facto es una expresión latina que significa «de hecho» o «en la práctica», en contraste con «de jure», que significa «de derecho» o «según la ley».

Cuando hablamos de una situación «de facto», nos referimos a una circunstancia que existe en la realidad, aunque no esté formalmente reconocida por leyes o regulaciones.

Este término se puede aplicar en diversos ámbitos, desde el ejercicio efectivo en ciertos cargos hasta situaciones comerciales y fiscales que prevalecen por costumbre o práctica, independientemente de su estatuto legal.

En el contexto fiscal y empresarial, «de facto» puede referirse a situaciones como la dirección real de una empresa, la realización de actividades económicas, o la imposición de impuestos basados en hechos consumados, todos los cuales pueden no estar formalmente documentados pero que, de hecho, tienen lugar y generan consecuencias jurídicas y económicas.

La distinción entre de facto y de jure

Para comprender mejor el concepto «de facto», es útil distinguirlo de «de jure». Mientras que «de facto» describe lo que sucede en la práctica, «de jure» se refiere a lo que está establecido legalmente.

En muchos casos, existe una discrepancia entre la situación «de facto» y la situación «de jure», lo cual puede dar lugar a debates legales, fiscales y empresariales.

Es esencial reconocer que, aunque no siempre, las situaciones «de facto» pueden con el tiempo llegar a ser reconocidas «de jure» si el sistema legal se adapta a la realidad práctica.

Ejemplos prácticos de la aplicación del término de facto

Ejemplo 1

En el ámbito empresarial, es posible que una persona ejerza el rol «de facto» de director general en una empresa, tomando las decisiones estratégicas y supervisando la operación diaria, aunque oficialmente nunca ha sido nombrada para ese cargo.

Esto puede deberse a varias razones, como una sucesión de emergencia o una falta de formalización en los registros de la empresa.

Ejemplo 2

Fiscalmente, una empresa puede tener una sede «de facto» en un país diferente al de su domicilio fiscal «de jure». Esto se puede dar cuando, por ejemplo, la mayoría de las actividades comerciales se desarrollan en un país distinto al registrado oficialmente.

Aunque legalmente la empresa pueda tener su sede en un paraíso fiscal, las autoridades tributarias pueden determinar que la base impositiva «de facto» se encuentra en otro lugar donde se ejerce la mayor parte de la actividad económica.

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