¿Qué es keynesianismo?
El keynesianismo es una teoría económica desarrollada por el economista británico John Maynard Keynes, en la cual se enfatiza la necesidad de la intervención del Estado en la economía para regular los ciclos económicos y alcanzar así el pleno empleo.
Esta corriente de pensamiento cobró especial importancia tras la Gran Depresión de 1929, momento en el que las medidas convencionales de política económica no lograban reactivar la economía.
Consideramos de gran importancia entender los principios del keynesianismo, ya que esta teoría ha influido y continúa influyendo en las políticas fiscales y monetarias de los gobiernos en todo el mundo.
Principios fundamentales del keynesianismo
Nos adentramos en los principios fundamentales que definieron la teoría de Keynes.
Su enfoque radica en la creencia de que el gasto agregado en la economía (la demanda agregada) es el que determina el nivel general de actividad económica, y que es susceptible a fluctuaciones volátiles que pueden llevar a períodos de desempleo por debajo de su nivel óptimo.
Por ende, el keynesianismo apoya una política fiscal activa, incluyendo un mayor gasto público durante las recesiones y el uso de impuestos y gasto para influir en la economía.
Además, Keynes abogaba por el uso de políticas monetarias expansivas para combatir la deflación, siendo favorable a la baja de tasas de interés para fomentar la inversión y el consumo.
La intervención del estado y la política fiscal
Según la perspectiva keynesiana, el Estado debe jugar un papel central en la economía, en especial durante los períodos de crisis.
La teoría sostiene que, en tiempos de recesión, el gasto privado tiende a disminuir debido a la incertidumbre y la falta de confianza en el futuro.
Aquí es donde el Estado debe actuar aumentando el gasto público para compensar la caída del gasto privado y estimular la demanda agregada.
Asimismo, Keynes proponía el empleo de políticas fiscales, como la modificación de impuestos y subvenciones, para gestionar la economía. Por ejemplo, puede reducir los impuestos para dejar más ingresos disponibles en manos de las empresas y los consumidores, incentivando así la inversión y el gasto.
Keynesianismo y política monetaria
Aunque el keynesianismo se centra en gran medida en la política fiscal, también contempla el uso de la política monetaria como herramienta para influir en la economía. Keynes consideraba que, en ciertas circunstancias, la política monetaria podría ser ineficaz para reactivar la economía, especialmente en una trampa de liquidez donde los tipos de interés son tan bajos que los inversores prefieren mantener su dinero en efectivo en lugar de invertirlo.
No obstante, dentro de una perspectiva keynesiana, se pueden tomar medidas para reducir el tipo de interés y, de esta manera, estimular la inversión y el consumo. La reducción de la tasa de interés debe facilitar el acceso al crédito y, en consecuencia, aumentar la demanda agregada.
Ejemplos prácticos del keynesianismo
Ejemplo 1
Imaginemos un escenario de recesión económica. El gasto de los consumidores y la inversión de las empresas disminuyen drásticamente. Frente a esto, el gobierno decide incrementar su gasto en infraestructuras públicas, contratando a trabajadores y comprando materiales. Esta acción directa no solamente crea empleo sino que también incrementa la demanda de bienes y servicios, estimulando la economía.
Ejemplo 2
En un contexto donde las tasas de interés están bajando, pero la economía sigue sin despegar (indicativo de una posible trampa de liquidez), el Banco Central podría optar por una política de expansión cuantitativa. Se trata de comprar activos financieros del mercado para incrementar la base monetaria y estimular así la inversión y el consumo.
Impacto y relevancia actual del keynesianismo
Aunque el keynesianismo fue desafiado por otras teorías económicas como el monetarismo en la década de 1970, sigue siendo relevante en la actual práctica económica.
Las ideas de Keynes resurgen con frecuencia en momentos de crisis, como observamos durante la recesión del 2008, cuando se aplicaron políticas keynesianas de estímulo fiscal y monetario para evitar una depresión económica mayor.
Reconocemos que la teoría de Keynes no es una solución infalible y ha sido objeto de críticas, especialmente en cuanto a su visión a corto plazo y la posibilidad de generar déficits públicos a largo plazo.
Sin embargo, el keynesianismo continúa brindando herramientas valiosas para entender y manejar la dinámica económica global.
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