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¿Qué es trueque?

El trueque es una práctica ancestral que involucra el intercambio de bienes o servicios sin la necesidad de una moneda de por medio; es, en esencia, la negociación de artículos o competencias que dos partes acuerdan tener un valor equivalente.

El trueque puede considerarse como la forma más primitiva de comercio en las sociedades premonetarias, pero no por ello ha dejado de estar presente en la economía moderna.

En tiempos de crisis económicas o en mercados especializados, el trueque emerge como una solución práctica y directa para satisfacer necesidades sin el flujo de efectivo. Pese a su simplicidad, este sistema implica una serie de consideraciones legales y fiscales que no deben ser ignoradas.

Características del trueque

El trueque se caracteriza por su inmediatez y reciprocidad.

Para que se materialice, es necesario que exista un acuerdo mutuo sobre el valor de los bienes o servicios intercambiados.

Además, el trueque no genera movimientos bancarios ni requiere de intermediarios financieros, lo que simplifica las operaciones aunque también puede complicar la valoración objetiva de lo intercambiado.

En el ámbito empresarial y contable, el trueque debe ser registrado adecuadamente, asignando a cada bien o servicio su valor correspondiente en el mercado.

Esto resulta esencial para mantener un control contable preciso y cumplir con las obligaciones fiscales correlativas.

Tipos de trueque

  • Trueque empresarial: Se da entre empresas y suele involucrar bienes y servicios de naturaleza profesional o comercial. Requiere de una valoración justa y con frecuencia se acompaña de contratos que detallan las condiciones del intercambio.
  • Trueque personal: Realizado entre particulares, pudiendo ser más informal. Aborda el intercambio de artículos de uso personal, habilidades o tiempo.

Aspectos legales y fiscales del trueque

En el ambiente legal y fiscal, el trueque no se encuentra exento de normativas.

Las transacciones a través de este medio pueden acarrear consecuencias tributarias.

Tanto empresas como individuos deben considerar el trueque como una transacción más, sujetándola a impuestos correspondientes según la normativa vigente en cada país o región.

Por ello, es indispensable documentar el acuerdo y asignarle un valor monetario a lo intercambiado, asegurando así la transparencia y la capacidad para efectuar una declaración fiscal adecuada.

La ausencia de un registro apropiado podría derivar en problemas legales, como sanciones por parte de la administración tributaria.

Ejemplos prácticos de trueque

Ejemplo 1: Imaginemos que poseemos una empresa que se dedica a la consultoría de marketing y necesitamos mejorar nuestra presencia digital. Podríamos llegar a un acuerdo con otra empresa que ofrece servicios de diseño web. En este caso, podríamos prestar nuestros servicios de consultoría a cambio de que la empresa de diseño desarrolle y mejore nuestra página web. Para ambos, el acuerdo tiene que representar un beneficio similar al que obtendríamos pagando en efectivo.

Ejemplo 2: Por otro lado, consideremos el caso de dos profesionales autónomos: un fotógrafo y un copywriter. El fotógrafo necesita textos atractivos para su blog y el copywriter requiere fotografías de alta calidad para su portafolio en línea. Deciden acordar un trueque en el que el fotógrafo proporcionará una serie de fotografías, mientras que el copywriter escribirá varios artículos. Ambas partes deben acordar la equivalencia de sus servicios y reflejarlo en un acuerdo claro para evitar conflictos futuros.

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