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¿Qué es Devaluación del IVA?

La devaluación del IVA, un término no ampliamente reconocido en la jerga fiscal tradicional, puede referirse al fenómeno o a las políticas que implican la reducción del valor del impuesto al valor agregado aplicado a bienes y servicios en un territorio particular.

No debemos confundir este concepto con la devaluación de la moneda, que se refiere a la pérdida de valor de una moneda en relación con otras.

Entendiendo el IVA

El impuesto al valor agregado (IVA) es un impuesto indirecto que grava el consumo. Se aplica en cada paso del proceso de producción y distribución de bienes y servicios, pero la carga fiscal final recae sobre el consumidor final.

El IVA es una fuente crucial de ingresos para los gobiernos y también sirve como instrumento de política económica.

Hablamos aquí de su valor nominal, es decir, el porcentaje que el consumidor paga sobre el precio final del producto o servicio.

Razones para una devaluación del IVA

Existen varias razones por las cuales un gobierno podría considerar la reducción de la tasa de IVA.

Entre ellas, estimular el consumo en periodos de recesión económica, favorecer a sectores estratégicos o simplificar el sistema tributario. La devaluación del IVA busca, por tanto, adaptar la política fiscal a las necesidades económicas del momento.

Efectos de la devaluación del IVA

Reducir la tasa de IVA puede tener múltiples efectos en la economía.

Por un lado, estimula el consumo al reducir el precio final de los productos y servicios. Esto puede impulsar el crecimiento económico.

Por otro lado, puede suponer una disminución en la recaudación de ingresos públicos, lo que podría afectar la capacidad de gasto del gobierno en servicios públicos.

La valoración de estos efectos requiere un análisis cuidadoso por parte de las autoridades.

Consideraciones sobre la devaluación del IVA

Antes de proceder con una devaluación del IVA, es crucial valorar diversos factores.

Se deben analizar las posibles repercusiones en la recaudación, el efecto sobre la inflación y el crecimiento, así como la equidad del sistema tributario.

Además, es importante considerar el contexto internacional y cómo una medida de este tipo podría afectar el comercio exterior y la inversión.

Ejemplos prácticos de devaluación del IVA

Imaginemos una situación donde el gobierno decide fomentar la cultura y decide reducir la tasa de IVA aplicable a los libros. Si la tasa original es del 10%, y se reduce a 4%, esto supondría que un libro que previamente costaba 22 € (incluyendo 2 € de IVA), ahora pasaría a costar 20,80 € (incluyendo 0,80 € de IVA). Esto puede hacer que más personas tengan acceso a la compra de libros y, por ende, se podría producir un aumento en la venta de estos bienes culturales.

Otro ejemplo podría ser en respuesta a una crisis económica mundial. Si se presenta una caída significativa en el consumo, el gobierno puede optar por una reducción temporal del IVA en bienes de primera necesidad. Si el IVA de los alimentos básicos baja del 7% al 4%, esto abarataría el coste de la cesta de la compra y potencialmente aumentaría el poder adquisitivo de las personas, lo que podría a su vez impulsar la economía de forma más amplia.

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