¿Qué es gastos de custodia?

Los gastos de custodia son cuotas que se cobran por mantener y proteger los activos o valores de propiedad de un cliente.

Estos servicios pueden incluir la administración de los derechos asociados a los activos, como cobro de dividendos, votaciones en juntas de accionistas y otras tareas administrativas.

Los custodios pueden ser instituciones financieras como bancos o entidades especializadas en la custodia de activos financieros, como valores, acciones o bonos.

Funciones de la entidad custodia

Las entidades que ofrecen servicios de custodia cumplen varias funciones importantes, entre las que se destacan:

• Resguardo físico o electrónico de los activos.
• Administración y gestión de los derechos económicos, como cobros de dividendos o intereses.
• Participación en eventos corporativos en nombre del titular del activo, como votaciones en asambleas de accionistas.
• Información al cliente sobre posibles cambios o noticias relevantes que afecten a los activos bajo custodia.
• Realización de operaciones solicitadas por el cliente, como la compra o venta de activos.

Determinación de los gastos

Los gastos de custodia pueden variar según diversos factores:

• El tipo y la cantidad de activos bajo custodia.
• La entidad custodia y las tarifas que establezca.
• Los servicios adicionales requeridos, como gestión de portafolio o asesoramiento.
• Acuerdos particulares entre la entidad custodia y el cliente.

Ejemplos prácticos de gastos de custodia

Ejemplo 1: Imaginemos que tenemos una cartera de acciones y decidimos mantenerla a través de una entidad bancaria que ofrece servicios de custodia. El banco nos cobra anualmente un porcentaje del valor total de nuestro portafolio por sus servicios. Este porcentaje corresponde a los gastos de custodia, y cubre las actividades de mantenimiento y gestión de nuestra cartera de acciones.

Ejemplo 2: Supongamos que una empresa posee bonos corporativos y para asegurar su correcto manejo y cumplimiento de los cobros de intereses, opta por contratar los servicios de una entidad especializada en custodia de valores. La entidad, además de encargarse del cobro de intereses, cobra una tarifa fija trimestralmente por sus servicios de custodia.