¿Qué es IVA Intracomunitario?
El IVA intracomunitario es un tipo especial de IVA que se aplica a las transacciones comerciales entre empresas de diferentes Estados miembros de la Unión Europea.
Este mecanismo busca simplificar el comercio entre los países de la UE eliminando la barrera fiscal que podría suponer la aplicación de IVA domésticamente en cada transacción.
El marco legal del IVA intracomunitario
Estas transacciones se rigen por normativas específicas establecidas por la Unión Europea, que tienen como fin armonizar los diferentes regímenes de IVA de sus Estados miembros.
El sistema se articula a través de la Directiva del IVA de la UE, junto con regulaciones locales que cada país aplica de acuerdo con el marco común europeo.
Funcionamiento del IVA intracomunitario
Para trabajar con el IVA intracomunitario, las empresas deben estar registradas en el Registro de Operadores Intracomunitarios (ROI) y contar con un número de identificación fiscal especial para operaciones intracomunitarias, conocido como el NIF-IVA. Este número es esencial para poder realizar compras o ventas a empresas de otros países de la UE sin tener que soportar el IVA.
Cuando una empresa vende bienes a otra empresa dentro de la UE y ambas están registradas en el ROI, la operación se denomina «entrega intracomunitaria de bienes» y está exenta de IVA.
Por otro lado, la empresa que adquiere los bienes debe «autoliquidar» el IVA correspondiente a dicha adquisición, es decir, debe declararlo y pagarlo como si hubiera realizado una venta en su propio país, aunque en la práctica no desembolsa la cantidad ya que puede deducirla simultáneamente como IVA soportado.
Declaraciones y devengo del IVA intracomunitario
Las operaciones intracomunitarias deben reflejarse en la declaración de IVA periódica y, adicionalmente, en una declaración específica de operaciones intracomunitarias conocida como modelo 349 en España. El devengo del impuesto, es decir, el momento en que se considera realizado para fines fiscales, suele coincidir con la emisión de la factura o el cobro de la misma, dependiendo de la reglamentación de cada país.
Diferenciación entre bienes y servicios
Es crucial diferenciar entre la entrega de bienes y la prestación de servicios.
Mientras que en la entrega de bienes suele recaer la responsabilidad de la autoliquidación del IVA en el adquirente, en el caso de los servicios, es el prestador quien debe aplicar y recaudar el IVA, a menos que se cumplan ciertas condiciones que permitan la inversión del sujeto pasivo.
Ejemplos prácticos
Imaginemos que nuestra empresa, con sede en Madrid, vende mercancía a una empresa en Francia por un valor de 20.000 euros. Emite una factura sin IVA, indicando que se trata de una entrega intracomunitaria. La empresa francesa toma esa factura y, en su declaración de IVA, refleja tanto el IVA devengado por la compra como el IVA deducible, efectivamente, no pagando impuesto.
Otro ejemplo sería el de una firma de diseño gráfico ubicada en Valencia que presta servicios a un cliente empresarial en Alemania. Si ambos tienen NIF-IVA y la empresa alemana es el sujeto pasivo del impuesto, la firma de diseño no cobraría IVA en su factura, y sería el cliente alemán quien debería autoliquidar el IVA en Alemania.
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