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¿Qué es obsolescencia programada?

La obsolescencia programada es la práctica de diseñar productos con una vida útil limitada intencionadamente, con el fin de que estos se conviertan en obsoletos o dejen de funcionar tras un período de tiempo determinado, incentivando así a los consumidores a adquirir la siguiente generación o versión del producto.

Este concepto afecta tanto a la planeación de recursos como a la estrategia de mercado y la percepción de la marca por parte de los consumidores.

¿Cómo funciona la obsolescencia programada?

La obsolescencia programada se puede manifestar de múltiples formas, desde componentes que se desgastan rápidamente hasta software que deja de recibir soporte técnico.

Las empresas que emplean esta estrategia suelen hacerlo buscando un equilibrio entre la durabilidad del producto y la frecuencia con la que esperan que los consumidores realicen nuevas compras.

Los productos no solo están diseñados para fallar después de cierto tiempo, sino que también pueden quedar desactualizados debido a cambios en las tendencias o avances tecnológicos que los hacen menos deseables frente a opciones más recientes.

Esto implica un desafío y a la vez una oportunidad para las empresas que deben gestionar cuidadosamente la innovación y la introducción de nuevos productos en el mercado.

Impacto de la obsolescencia programada

El impacto de la obsolescencia programada va más allá del ámbito empresarial, incidiendo también en cuestiones de sostenibilidad y ética.

Desde un punto de vista económico, esta práctica puede impulsar el consumo y el crecimiento de la empresa a corto plazo, pero también puede dañar la confianza de los consumidores a largo plazo si perciben que la obsolescencia está forzada y no justificada por mejoras significativas en el producto.

Desde el punto de vista ambiental, la generación de residuos y la necesidad de recursos para fabricar nuevos productos presentan desafíos significativos en cuanto a la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.

Es una cuestión que nos concierne a todos y que estamos obligados a considerar en el diseño de políticas y estrategias empresariales.

Estrategias para gestionar la obsolescencia programada

Para gestionar adecuadamente la obsolescencia programada y mitigar sus efectos negativos, consideramos diversas estrategias que pueden ser adoptadas tanto por empresas como por consumidores:

  • Desarrollo de productos duraderos y de fácil reparación.
  • Ofrecimiento de servicios de mantenimiento y soporte técnico extendido.
  • Incorporación de programas de reciclaje y reutilización de componentes.
  • Comunicación transparente sobre la vida útil esperada de los productos.
  • Promoción de leyes y regulaciones que protejan al consumidor y al medio ambiente.

Abogamos por un equilibrio que permita la innovación y el desarrollo económico, sin perder de vista la ética y la responsabilidad ambiental.

Ejemplos prácticos de obsolescencia programada

La industria de la telefonía móvil

En el sector de la telefonía móvil, con frecuencia se lanzan al mercado modelos nuevos cada año. Estos teléfonos a menudo incorporan mejoras marginales, y se da el caso de que las actualizaciones de software terminan por no ser compatibles con modelos antiguos, lo que empuja a los consumidores a adquirir los modelos más recientes.

Bombillas con vida útil limitada

Un ejemplo histórico de obsolescencia programada es la reducción deliberada de la vida útil de las bombillas incandescentes. Las compañías acordaron limitar la duración de las bombillas a un número específico de horas de funcionamiento, lo que obligaba a los consumidores a reemplazarlas con más frecuencia, aumentando la venta de bombillas.

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